Carta no leída en el acto de egresados de mi hija



Nota: en un confuso episodio pensé que tenía que leer una carta en el acto de egresados de primario de mi hija en representación de los padres y al final no, no tenía; o sí, no sé, pero no la autorizaron. La dejo acá, porque sí y por todas las veces que la ensayé llorando antes de no-leer.

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A las mamás y a los papás nos gustaría preguntarles algo a uds que hoy egresan: ¿qué creen que se van a acordar del primario?

Salvando las historias de cada uno, por supuesto, hay tanto en común…

¿Creen que se pueden llegar a acordar de estar ahora sentados, tal vez algo nerviosos o tentados por algo que hizo el de al lado, esperando el momento en que tengan que subir esta escalera y recibir un título de egresados?

Quizá se van a acordar de algo de antes, de cosas puntuales: una nota que no esperaban, las tortas fritas que venden en el buffet, esa vez que jugaron tan bien a la matanza o la bronca con alguien que los hizo sentir mal o solos. O a lo mejor se van a acordar de cuando empezaron primer grado y las paredes del patio eran amarillas y de que en algún momento, no saben bien cuándo, aparecieron pintadas de blanco.

Sacando las diferencias, hay algo que seguro se van a acordar todos: la pandemia. Ustedes empezaban segundo grado cuando comenzó la cuarentena y tuvieron que hacer el esfuerzo de adaptarse a todo aquello de las clases por Zoom, el «¿me escuchás?, ¿estás muteado?» y todo sumado al desconcierto que había en casa.

Más que por las cosas en sí mismas, la memoria actúa por lo que esas cosas nos hacen sentir. Muchas veces, además, aparece de manera extraña. Por ejemplo, en 20 años ustedes ya van a ser adultos, pero capaz que un día van a comer una torta frita preparada de una determinada manera y ¡zas! de pronto van a aparecer en el patio de la escuela.

Es muy difícil para las personas entender el paso del tiempo. Para nosotros como papás también lo es. Sin embargo, momentos como este acto funcionan como hitos; son como avisos de lo que el tiempo hace con la vida.

¿Vieron que cuando les sacamos fotos, las mamás y los papás sonreímos?

Por último, un recuerdo de más atrás todavía, pero que en un punto se parece bastante a lo que estamos viviendo hoy y que quizá lo explica. Cuando ustedes eran bebés, más o menos cuando tenían entre cuatro y seis meses, un día hicieron algo puntual con el cuerpo, que fue girar acostados desde una posición boca arriba hacia una boca abajo y viceversa. A eso los pediatras lo llaman «rolar». Rolar es muy importante para el desarrollo porque indica que el bebé está ganando fuerza y que pronto va a sentarse, gatear y caminar. Bueno, lo que están haciendo ahora en este Teatro Don Bosco parece otra forma de rolar.

Así que con todo nuestro cariño de papás y mamás y cerca de seños, profes, autoridades y auxiliares les deseamos lo mejor y les decimos que nos alegra mucho verlos y acompañarlos en esta otra vez que van a rolar.

6 respuestas a «Carta no leída en el acto de egresados de mi hija»

  1. Sos extremadamente inmensa.Ya canso de decirlo tantas veces. Mato por leer elquedelele y te pido encarecidamente que escribas un libro. El extenso relato de El Pelado es de lo mejor que leí en mis 54 años.

  2. Que bueno pive, ¿porqué cree que no le dejaron leer? ¿Simplemente una organización confusa del acto? ¿Una decisión maquiavélica?

    Que estés bien.

    1. No lo sé bien. Eramos dos mamás las que íbamos a leer, una tenía una carta formal agradeciendo al colegio y yo esta, que dura dos minutos. Avisaron que era extenso y que sólo querían la primera carta con los agradecimientos.

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